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lunes, 8 de noviembre de 2010

Esos grandes olvidados...

¿Cuándo nos hacemos viejos?¿a qué edad?¿quién decide que ya "no vales", que ya eres una carga?...
La jubilación llega a los 65 años (de momento), ¿es ahí cuando nos tenemos que hacer a la idea de que nuestra vida empieza a decaer?.
Esos grandes olvidados... De cada 6 españoles, 1 es mayor de 65 años, y pasan a pertenecer a las llamadas "clases pasivas". A ver si cambiamos el chip de una vez. Yo no creo para nada que sean personas que ya no hacen "nada", hay muchos mayores con proyectos e ilusiones, con ganas y fuerzas para seguir muchos años dando "caña" a este país que se empeña en aislarlos socialmente. ¿Clases pasivas? ja!. Muchos de esos mayores, hoy en día, están dando cobijo a hijos en paro (el 90% cobra una mínima pensión y se encuentran en el umbral de la pobreza), cuidan de sus nietos y además hacen las tareas de sus casas... son un colectivo objeto de servicios, por lo que, directa o indirectamene, dan trabajo a mucha gente, y no olvidemos que son contribuyentes, usuarios y consumidores. A mi parecer son más activos que las nuevas generaciones (las llamadas generaciones "nini"). Deberíamos de hacerles un poquito más de caso, deberíamos impregnarnos de su sabiduría dejemos haya un intercambio intergeneracional, eso nos enriquecería tanto... ¡son enciclopedias populares con patas!...

quien alarga la vida activa alarga la calidad de vida, aunque a veces les hacemos sentir todo lo contrario.

Algo para reflexionar...

"QUERIDO HIJO
El día que me veas mayor y ya no sea yo, ten paciencia e intenta entenderme.
Cuando, comiendo, me ensucie; cuando no pueda vestirme, recuerda las horas que pasé enseñándotelo. Si cuando hablo contigo, repito las mismas cosas, mil y una veces, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño, a la hora de dormir, te tuve que explicar mil y una veces el mismo cuento hasta que te entraba el sueño.
No me avergüences cuando no quiera ducharme, ni me riñas. Recuerda cuando tenía que perseguirte y las mil excusas que inventaba para que quisieras bañarte.
Cuando veas mi ignorancia sobre las nuevas tecnologías, te pido que me des el tiempo necesario y
no me mires con tu sonrisa burlona.. Te enseñé a hacer tantas cosas... Comer bien, vestirte... Y como afrontar la vida. Muchas cosas son producto del esfuerzo y la perseverancia de los dos.
Cuando en algún momento pierda la memoria o el hilo de nuestra conversación, dame el tiempo
necesario para recordar. Y si no puedo hacerlo, no te pongas nervioso, seguramente lo más importante no era mi conversación y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas.
Si alguna vez no quiero comer, no me obligues. Conozco bien cuando lo necesito y cuando no.
Cuando mis piernas cansadas no me dejen caminar, dame tu mano amiga de la misma manera en que
yo lo hice cuando tu diste tus primeros pasos. Y cuando algún día te diga que ya no quiero vivir,
que quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene nada que ver contigo,
ni con tu amor, ni con el mío. Intenta entender que a mi edad ya no se vive, sino que se sobrevive.
Algún día descubrirás que, pese a mis errores, siempre quise lo mejor para ti y que intenté preparar el camino que tu debías hacer. No debes sentirte triste, enfadado o impotente por verme de esta manera. Debes estar a mi lado, intenta comprenderme y ayúdame como yo lo hice cuando tú empezaste a vivir.
Ahora te toca a ti acompañarme en mi duro caminar. Ayúdame a acabar mi camino, con amor y
paciencia. Yo te pagaré con una sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido.
Te quiero hijo
Tu padre, tu madre, tus
abuelos..."
«In memoriam». Recordando a todos los padres y abuelos de todo el
mundo. Correo anónimo de junio de 2001.

2 comentarios:

  1. que emotiva la carta, he terminado llorando, uff,

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  2. Es verdad Ana, es muy emotiva. Ya ves, a veces no nos damos cuenta de todo lo que nuestros padres han hecho por nosotros, damos por hecho que era su obligación y si nos emocionamos al leer esta carta, es porque realmente hicieron todo eso por nosotros... desgraciadamente hay gente que fue maltratada, abandonada... y no pueden decir lo mismo de sus padres, el resto somos afortunados...
    Un saludo y gracias por tu comentario,
    Reme

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